La Amante
Esta es mi ventana. En este instante,
con tanta suavidad, he despertado.
Creía estar flotando.
¿Hasta dónde, mi vida?
¿Dónde empieza la noche?
Todo es yo todavía;
transparente cual la profundidad
oscurecida, muda, de un cristal.
Podría alcanzar en mí
incluso las estrellas; tan grande me parece
mi corazón; con cuanto gusto
él soltarِía de nuevo
a aquel que yo empecé, quizás, a amar,
y quizá a retener.
Extraño, y como nunca definido,
me mira mi destino.
Por qué será que estoy
bajo esta infinitud,
perfumada cual prado,
movida acá y allá,
llamando, y temerosa al mismo tiempo
de que alguien oiga mi llamada
y sea destinada
a perecer en Otro.
Rainer Maria Rilke
0